CAPÍTULO 1: ¿Buscas salir de casa?

Marta busca un espacio profesional para trabajar.

Con este CAPÍTULO 1: ¿Buscas salir de casa?, comienzan una serie de breves capítulos en los que conoceremos a Marta y la acompañaremos en esa búsqueda. ¿Nos acompañas?

Si tú también buscas salir de casa, puede que te sientas identificada con ella.

CAPÍTULO 1: ¿Buscas salir de casa?

CAPÍTULO 1: ¿Buscas salir de casa?

Ella es Marta. Antes de la pandemia, Marta acudía cada día a su oficina en el Paseo de la Castellana. Ella vive en Alcalá de Henares, en el barrio del Ensanche, ¿lo conoces?

Cada mañana, temprano, cogía el autobús a la puerta de su casa que la llevaba a la oficina. Bueno, a la oficina no, a Avenida de América. Luego, lo más rápido era coger el metro allí mismo hasta Nuevos Ministerios y, fin de trayecto.

A la vuelta, en ocasiones, si las prisas no se lo impedían, se permitía el lujo de subir caminando hasta República Argentina y desde ahí, por una desconocida Joaquín Costa, hasta el intercambiador de Avda. de América para coger el bus de vuelta a casa.

Entre unas cosas y otras, Marta tardaba entorno a una hora en llegar a la oficina y algo más a la vuelta. Eso, si la A-2 no estaba atascada, cosa que sucedía bastante a menudo.

Cuando sucedió todo esto, su empresa decidió mandarles a trabajar desde casa. En una empresa como la suya, era impensable de todas, todas, si no fuera por la situación que nos tocó vivir.

Al principio, reconoció cierto alivio. Los viajes a la oficina le suponían 2 horas y media diarias perdidas en el trayecto. Vale, quizá perdidas, perdidas, no. Aprovechaba los trayectos para leer o escuchar música. Pero es cierto que, los madrugones, más de un día le hacían desoír estos placeres.

Con ilusión, Marta se reservó un espacio en casa para trabajar. Había oído hablar de que cuando trabajas desde casa corres el riesgo de abandonarte un poco, trabajar en pijama, …

Eso no le iba a pasar, ella se levantaba cada mañana a la misma hora, se vestía como para salir, desayunaba y se dirigía a su espacio reservado para trabajar. Tampoco iban a poder con ella el timbre, la lavadora o las distracciones e interrupciones que te generan las redes sociales. Estaba siendo bastante estricta con ello. Al principio.

Luego, sucedió lo que ya ella sabía que sucedería, pero no quería creer. Para cada día, había una excusa, una excusa para empezar más tarde, para trabajar en pijama, para poner la lavadora, …

Ella no dejaba de trabajar, nunca dejó de hacer su trabajo, pero la rutina se deshacía, trabajaba mientras comía o se conectaba por la noche para recuperar el tiempo. Los correos y las llamadas ya no tenían horario, parecía que todo el mundo daba por hecho que tenía que estar disponible a cualquier hora. Pero es que realmente, cada uno hacía un horario diferente y eso les hacía trabajar y descansar, en ocasiones, en horarios cambiados.

Dejó de tener horarios diferenciados, tenía la sensación de no descansar en ningún momento.

Pero, lo que llevaba peor, era la no relación con sus compañeros/as de trabajo. Mantenían charlas y reuniones online, sí, pero todos los que hemos sufrido de esas reuniones durante este tiempo, sabemos que nunca podrán ser igual que un encuentro presencial. Esas charlas de a dos previas a la reunión, los chascarrillos, las anécdotas del día, gestos durante la reunión, interrupciones espontáneas que pierden su sentido al tener que darle a la techa de levantar la mano. En las reuniones actuales, en ocasiones quitaba la cámara y seguía trabajando mientras, como si la reunión no fuera con ella. ¿Quién no lo ha hecho?

Ahora, la empresa de Marta les ha dicho que cuando acabe la pandemia les permitirán seguir teletrabajando varios días a la semana.

Eso será fantástico, podrá seguir coincidiendo con sus compañeros algún día en la oficina, programar las reuniones para esos días de presencialidad y ahorrarse desplazamientos, tiempo y dinero el resto de la semana.

Pero hay algo que tiene claro también, ya no quiere trabajar desde casa. Quiere disfrutar de las ventajas de trabajar cerca de casa, pero fuera de casa.

Quiere tener horarios diferenciados, quiere tener espacios diferenciados, busca un espacio profesional para trabajar.

Los días de presencialidad le permitirán no perder contacto con sus compañeros/as y mantener ese sentimiento de pertenencia a su empresa.

Los días de teletrabajo en ese espacio que anda buscando, le permitirán ahorrar tiempo y dinero, conocer gente nueva y diferenciar su vida personal y profesional. Eliminar esos tiempos muertos, le permitirá alargar los días, así podrá dedicar más tiempo para ella; a sus hobbies, a sus paseos, a disfrutar un poquito cada día sin tener que esperar al ansiado fin de semana, a las vacaciones estacionales, o esos puentes que parece que nunca llegan.

Porque Marta, cree que otra forma de trabajar es posible y ha salido a buscar ese espacio que necesita.

…CONTINUARÁ

Si al igual que Marta estás buscando un espacio profesional para trabajar, el espacio que necesitas, y crees que podemos ayudarte CONTÁCTANOS.

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